Crónicas de Hanan Pacha (III)

Crónicas de Hanan Pacha (III)
Crónicas de Hanan Pacha (III)NameCrónicas de Hanan Pacha (III)
Type (Ingame)Objeto de misión
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DescriptionUna fábula protagonizada por el Sabio Robafuegos que ha pasado de generación en generación. Según las investigaciones historiográficas, su contenido no tiene nada que ver con lo sucedido en realidad.

Item Story

A continuación, contaré cómo los humanos de Hanan Pacha infringieron las normas e hicieron que el sabio que robó el fuego abandonara Natlan.

Después de enseñar a las personas a usar el flogisto, estas construyeron una ciudad en Hanan Pacha. En ella había magníficos palacios y templos que estaban construidos con exquisitas gemas, plumas de tonos brillantes y flores fragantes.

Tras construir la ciudad, Waxaklahun Ubah Kan decidió alzar Hanan Pacha a un lugar aún más elevado.

“Para ello, ya no podrán ingerir nada que salga de esta tierra, excepto el agua, pues todas las corrientes del mundo provienen del origen de toda agua y están fuera del control del Señor de la Noche”.

Chaac no entendía por qué tenían que ir a un lugar aún más elevado, pero él no quería abandonar Natlan. Sin embargo, si preguntara a Waxaklahun Ubah Kan sobre el tema, seguro que este solo hablaría de cosas incomprensibles como el “continente lunar” o la “piedra sagrada de Newark”.

No obstante, como Waxaklahun Ubah Kan era la persona más sabia del mundo, la gente hizo lo que dijo. Así pues, empezaron a criar peces en un mar suspendido en el aire y a cultivar algas para alimentarse. Mientras tanto, Hanan Pacha ascendía cada vez más alto.

Finalmente, el Señor de la Noche se dio cuenta de lo que intentaba hacer el sabio y, como temía que los humanos fueran a marcharse, tomó medidas para detener los planes del sabio.

Un día, mientras el sabio estaba lejos, el Señor de la Noche se transformó en humano tribal y, con una misteriosa botella de agua, se acercó a Chaac, que estaba haciendo guardia en la orilla del lago.

“Amigo, deja de vigilar este lago. Mira, el agua que traigo sabe cien veces mejor, pruébala”.

Aunque recordaba lo que le había dicho el sabio, no pensó que probar esa agua fuera a suponer ningún problema, así que la aceptó y probó un sorbo.

Efectivamente, sabía muchísimo mejor, por lo que el Señor de la Noche le dio más cantidad para que la compartiera con los habitantes de Hanan Pacha.

Lo que Chaac no sabía era que esa “agua” se producía con los cereales de la tierra, y era lo que en el presente llamamos “alcohol”.

Cuando el sabio regresó, todo el mundo estaba borracho como una cuba.

Entendió que ya no podían abandonar Natlan, así que los expulsó de Hanan Pacha y la gente esparció el flogisto por toda la nación.

Por su parte, el Sabio Robafuegos inició su viaje de regreso.

“¿De regreso? Entonces, ¿volvió a la tierra roja y negra?”.

“¿Acaso has escuchado algo de lo que he dicho? La tierra roja y negra es el lugar en el que el sabio robó el flogisto. Aunque es cierto que la leyenda no dice específicamente cuál es su hogar natal... Por eso, mi hipótesis es que con ‘viaje de regreso’, se refiere a que algún día volverá”.

“Eso suena a la típica frase de cuentacuentos. Vamos, no me dejes con la intriga y cuéntame qué pasó al final”.

Tras la partida del Sabio Robafuegos, Chaac, guiado por el Señor de la Noche, construyó las tribus sedentarias de la tierra, y así fue como empezó la era de la humanidad en Natlan. Pero esa es otra historia.

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