Ma’awe y el manitú (III)

Ma'awe y el manitú (III)
Ma'awe y el manitú (III)NameMa'awe y el manitú (III)
Type (Ingame)Objeto de misión
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DescriptionUn pergamino de tela del Pueblo de los Manantiales que cuenta la leyenda de cómo el joven dragón Ma'awe creó las aguas termales. Cada fragmento parece haber sido escrito por un poeta de una época distinta.

Item Story

Entonces, ante las puertas cerradas, Ma'awe solo pudo irse decepcionado.
Cuando estaban bajando de las montañas, el manitú que le había estado acompañando perdió su luz y temperatura por haberse alejado de la tierra fértil de flogisto, por lo que se volvió pálido, y su canto se hizo cada vez más distante y borroso.
Desanimado y afligido, Ma'awe buscó desesperadamente la forma de salvar a su compañero. Sin embargo, la puerta de obsidiana permaneció firmemente cerrada, y el dragón sabio no volvió a dignarse a dirigir la mirada al joven.
“... Espárceme en aguas de azufre, entiérrame en las profundidades heladas...”.
Esa fue la voz que Ma'awe oyó, aunque en realidad el manitú no podía hablar, pero Ma'awe no lo sabía, así que decidió cumplir el deseo de su compañero.
Nadie sabía cuánto tiempo caminó, ni por cuántos espejismos pasó, ni a cuántos momentos de vida o muerte sobrevivió, pero Ma'awe llegó finalmente a la tierra de aguas termales repleta de estanques de azufre. Este territorio era inhabitable para los seres vivos, pues nada más acercarse serían abrasados por gases tóxicos sulfurosos y derretidos por aguas ácidas hirvientes.
Pero milagrosamente, cuando Ma'awe esparció el cuerpo de su compañero en el estanque de azufre, el agua hirviente y ácida se transformó en un manantial transparente.
Y fue de esos manantiales de donde nacieron los primeros poetas de nuestra tribu. Como dicen en la tribu Meztli: “Poetas y bardos nacieron del azufre”, porque sus palabras son realmente abrasadoras y penetrantes.
De este modo, el pequeño Ma'awe creó las primeras termas de Natlan.
Y así fue como Ma'awe se asentó en la tierra de las aguas termales. Con el cambio de entorno, sus garras afiladas se transformaron en hermosas aletas aerodinámicas, y su cuerpo delgado se redondeó, dando lugar al primer Koholasaurio.
Por supuesto, Ma'awe nunca se olvidó de su compañero. ¿Cómo se iba a olvidar del amigo que le acompañó en su aventura?
Ma'awe enseñó todas las canciones que aprendió a los seres humanos nacidos en los manantiales. Efectivamente, aquellos humanos fueron nuestros antepasados. Y así, todas las canciones que los Meztli seguimos transmitiendo son ecos de aquella era ancestral.

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