La Dama con Botas

	Name	La Dama con Botas
	Type (Ingame)	Material de talento de personaje
	Family	Costume
	Rarity
	Item Source (Ingame)	Comprar en la Tienda
	Description	Modelo de vestimenta de Kirara. La felina de capa y espada de los cuentos de hadas y astuta mensajera de los sueños más queridos... ¡está encantada de conocerte!

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Las reglas de Simulanka dictan que la esencia de toda vida que se halle en su interior debe conformarse a la imagen creada por la Diosa del Destino.
En otras palabras, el comportamiento intrépido de Kirara se corresponde al de cierto personaje en el cuento de hadas creado por la diosa.
Sin embargo, a pesar de sus viajes (y los tuyos) a través de Simulanka, nunca habían oído la historia de tal heroína itinerante.
Perplej{F#a}{M#o}s, le preguntaron al detective, pues sabían que él había oído la voz de la diosa y que custodiaba numerosos secretos.

Y de sus labios lograron arrancarle esta historia...
Entre la multitud de criaturas, los gatos eran los favoritos de la diosa, hasta el punto de que intentó crear un reino aparte para ellos en Simulanka.
Y, en su grandioso plan, este nuevo reino estaría repleto de felinos de todos los tamaños y colores.
Aquí, la felicidad se distribuiría según principios de equilibrio, y la sonrisa de alegría de todo residente sería calibrada.
Los gatos nunca se sentirían tristes y su momento más oscuro tan solo sería aquel en el que tuvieran una bola de pelo atascada en la garganta que les hiciera cosquillas.
Sin embargo, nunca serían capaces de escupirla por más que lo intentaran, ya que eso se consideraría una emoción negativa, y tal cosa no podía ser manifestada.
Con una eterna alegría inalterable y sin que la pena pudiera surgir siquiera, la balanza del corazón perdería su equilibrio, al igual que el entorno en sí mismo.
Sin embargo, la atención de la diosa se hallaba dividida entre sus otros manuscritos, por lo que esta historia quedó en pausa incluso antes de comenzar a desarrollarse.
“Las historias, en esencia, anhelan tener sentido”, o eso se rumorea que la diosa se dijo a sí misma después de lo ocurrido.
Cuando las contradicciones internas no se resuelven, el patrón del progreso de la trama puede acabar distorsionado y buscar una resolución de tales sinsentidos por sí solo.
Así fue como la heroína itinerante felina apareció en una esquina del borrador del manuscrito y, mientras la diosa andaba distraída, se escapó de entre los márgenes.
Se llevó con ella la ira, las lágrimas y los suspiros apenados de las demás páginas del manuscrito y los repartió en cada calle a lo largo y ancho del país de los gatos.
Las máscaras de hierro con sonrisas forzadas de los habitantes comenzaron a quebrarse y estos empezaron a desviarse del camino predeterminado que el destino había escrito para ellos.
“La verdadera naturaleza de un gato es la de ser libre y obstinado”, declaró la astuta heroína.
A la diosa no le disgustó la intromisión de uno de sus personajes. En su lugar, el desafío de la heroína la llevó a tomar una decisión.
Dejaría aquella idea imperfecta en el papel tal y como estaba. El reino de los gatos debía ser un lugar más libre, eso estaba claro.

No es de extrañar, pues, que nunca se encontrara ni rastro de la heroína, pues dicho personaje rebelde nunca salió de los manuscritos. Vivió solo en los recuerdos de un plano de mundo.
Mientras te sumías en tus pensamientos, pudiste vislumbrar el brillo en la mirada de Kirara. Parecía que aquella historia la había cautivado por completo.
“¡Supongo que ahora ya sé por qué me parezco a esta heroína itinerante!”.
“¿No es porque eres felina?”, eso pensaste, pero no te atreviste a decirlo en voz alta.
“La heroína devolvió los deseos perdidos a sus dueños. ¿No te parece que es parecido al trabajo de un repartidor?”.
“Entregar a tus clientes lo que necesiten y asegurarte de que queden satisfechos”.
“En esencia, ambos trabajos son muy similares”.
La cola de Kirara se alzó orgullosamente mientras pronunciaba aquellas palabras.
Su pasión por su trabajo incluso llegó a conmoverte, así que aceptaste su analogía, incluso aunque no estuviera claro realmente si las reglas de Simulanka sostendrían tal declaración.
“Es cierto. ¡Repartir entregas es una vocación increíble!”.