
![]() | Name | Espadón Cornirrojo |
Family | Weapon, Claymore | |
Rarity | ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() | |
Conversion Exp | 300000 | |
Base Attack | 44.34 | |
Substat Type | Critical Damage % | |
Base Substat | 19.2% | |
Weapon Affix | Cuentos del rey Otogi | |
Affix Description | La DEF aumenta en un | |
Description | Según su dueño anterior, este gran espadón es el “Heroico, Poderoso, Cornirrojo, Dorado y Destrozapiedras Señor de los Leones”, capaz de hacer que cualquier monstruo ponga pies en polvorosa al verlo. | |
Weapon Ascension Materials | ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() |
Table of Content |
Weapon Stats |
Weapon Affix |
Item Story |
Gallery |
Weapon Stats
Lv | Atk | Bonus CritDMG% | Materials | Total Materials |
1 | 44.34 | 19.2% | ||
20 | 110.17 | 33.93% | ![]() ![]() ![]() ![]() | ![]() ![]() ![]() ![]() |
20+ | 141.27 | 33.93% | ||
40 | 209.82 | 49.44% | ![]() ![]() ![]() ![]() | ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() |
40+ | 240.92 | 49.44% | ||
50 | 275.46 | 57.2% | ![]() ![]() ![]() ![]() | ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() |
50+ | 306.66 | 57.2% | ||
60 | 341.46 | 64.95% | ![]() ![]() ![]() ![]() | ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() |
60+ | 372.56 | 64.95% | ||
70 | 407.81 | 72.69% | ![]() ![]() ![]() ![]() | ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() |
70+ | 438.91 | 72.69% | ||
80 | 474.55 | 80.45% | ![]() ![]() ![]() ![]() | ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() |
80+ | 505.65 | 80.45% | ||
90 | 541.83 | 88.2% |
Weapon Affix
Lv | Affix Progression | Materials |
1 | La DEF aumenta en un | |
2 | La DEF aumenta en un | ![]() ![]() |
3 | La DEF aumenta en un | ![]() ![]() |
4 | La DEF aumenta en un | ![]() ![]() |
5 | La DEF aumenta en un | ![]() ![]() |
Item Story
El nombre completo de esta arma es “Heroico, Poderoso, Cornirrojo, Dorado y Destrozapiedras Señor de los Leones”. Antes era la espada favorita de un excéntrico conocido como “Otogi Kongou, el rey león”. Sin embargo, ambos nombres eran demasiado largos. Por ello, los niños llamaron al arma “Espadón Cornirrojo”, y a su dueño, “Rey Otogi”. El Espadón Cornirrojo era un arma hecha con el cuerno de un monstruo hechizado. Tanto los kitsune y los tanuki como los espíritus malignos pedían clemencia ante ella. Incluso Reizenbou, el gran tengu de la Montaña Yougou, temía el siniestro poder del Espadón y no se atrevía a enfrentarse al rey león. Por supuesto, los niños nunca creyeron esas historias. De todas formas, el Rey Otogi era muy fuerte. Ni siete hombres juntos eran capaces de empujarlo fuera del ring. Cuando veía a niños que saltaban para intentar conseguir calavandas, le daba una patada al árbol y las frutas caían al suelo. Una vez derribó un árbol entero de una patada y un viejo lo persiguió por las montañas. Otra vez, los niños y él se colaron en un concierto de apreciación de las hojas otoñales, y él entró gritando: “Otogi Kongou, el rey león, está aquí. ¡Demonios, tengan cuidado!”. Tras esto, tuvo un forcejeo con una oni de baja estatura que tenía ganas de pelea... con un trágico resultado. Pero si esto era todo lo que era capaz de hacer el rey, hasta el punto de que nunca obtuvo el derecho de vestir los colores del shogunato... “¿Cómo podía vencer a todos esos youkai famosos?”, decían los niños. “¡Ja! ¡Me encontraba mal tras estar bebiendo toda la noche, eso es todo!”. El Rey Otogi reía alegremente incluso cuando ponía excusas. ¿No tenía vergüenza, o de veras creía que podía ganar? Es imposible saberlo... “Esta vez les cortaré los cuernos a esos monstruos y te los traeré. ¡Así te demostraré el poder de Otogi Kongou, el rey león! ¿Esas criaturas del otro lado del mar? ¡Pff! ¡Pan comido!”. “Así que sí. Vete, sigue al kitsune mensajero y escóndete en algún rincón. Me pasaré por allí después y lucharemos unas cuantas rondas, ¿de acuerdo?”. “¿Lucharemos?”. Los niños recordaban cómo la pequeña oni resoplaba suavemente mientras lanzaba al vociferante Rey Otogi por los aires. Más tarde, la oni huyó después de que le cortaran el cuerno y el brazo. Y el gran tengu ya no se mostraba delante de los humanos y vivía recluido en las montañas y los bosques. De esta forma, los alardes vacuos detrás de esta gran espada al final se volvieron realidad. Pero el excéntrico y ambulante Otogi Kongou, el rey león, no regresó nunca más. Aún más tarde, el calavando que había derribado una vez volvió a dar frutos tras recibir muchos cuidados. |
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