El despacho de los gatos (V)

El despacho de los gatos (V)
El despacho de los gatos (V)NameEl despacho de los gatos (V)
Type (Ingame)Objeto de misión
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DescriptionBotas y máscaras mágicas felinas, ¿qué método utilizará para traer a un gato de pelo largo al despacho de los gatos?

Item Story

Hemos enviado una nueva invitación, pero esta vez va dirigida a su amo.
“Estimado señor, he oído hablar mucho de su gata. Tengo un valioso gato exótico en casa, y me gustaría emparejarlo con su querida gata. Por ello, le ruego que venga a mi humilde morada a conversar sobre el particular.
Llegado el momento, un carruaje los recogerá a usted y a su gata para el viaje. —Srta. von Frigga”.
Con la ayuda de Perroux, la gata tricolor procura corregir la caligrafía.

Y así dio comienzo el ajetreo de los gatos.
Muchísimos gatos que habían recibido ayuda del despacho de los gatos acudieron y llevaron satén blanco, latas de medaka caducado, vino... con el fin de decorar la oficina como si fuera el lugar de celebración de una boda.
Si alguien pasara por allí de noche, se sorprendería de que haya tantos gatos callejeros viviendo en las sombras de la ciudad.
Aquel carruaje dañado fue discretamente reparado y magníficamente decorado, resultando en un aspecto que solo se encuentra en los cuentos de hadas.
Con suaves almohadillas de terciopelo y las campanas de viento favoritas de los gatos colgando, el carruaje llegó tintineando hasta la puerta principal de la casa del amo.
“Suban, por favor”.
Perroux, que interpretaba el papel de cochero de la casa de la Srta. von Frigga, inclinó la cabeza y se dirigió respetuosamente a su amo.
A pesar de llevar la máscara mágica, Perroux sentía el nerviosismo de estar haciendo algo mal y le preocupaba cometer algún error que revelara su identidad.
Afortunadamente, era tal la fascinación del amo por el esplendor del carruaje que incluso recompensó al “cochero” con una bolsa de Moras: “¡Tome, una propinilla!”.

Por el camino, un montón de gatos pasaron por delante del carruaje sin cesar.
“¡Dejen paso, por favor!” susurraba Perroux, mientras llevaba la máscara mágica, preocupado por llegar tarde.
“¡Lo siento, pero tenemos prisa! ¡Tenemos que llegar a la boda!”, respondieron los gatos.
Hasta que, cuando por fin dejaron de pasar gatos, llegaron al despacho de los gatos.
“¡Oh! ¡Qué sedas tan lujosas! ¡Y cubren toda la sala!...”, exclamó el amo.
“Las verduras de temporada al horno con jamón están buenísimas... El chef debe ser alguien muy auténtico”...
“¡Y han traído un montón de gatos! ¡Qué sorpresa! La Srta. von Frigga es muy considerada. ¡Parece que mima a los gatos exóticos de su casa igual que yo mimo a mi gata de pelo largo!”.
El amo no podía parar de soltar elogios.
“¡Brindemos! ¡Tome otra copa!”. La gata tricolor levantó el vino e instó al amo a beber.
“¡Otra copa se ha dicho!”.
El amo estaba tan contento, a la vez que ebrio, que se olvidó preguntarse cómo era posible que un gato hablara.

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