El despacho de los gatos (III)

El despacho de los gatos (III)
El despacho de los gatos (III)NameEl despacho de los gatos (III)
Type (Ingame)Objeto de misión
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DescriptionEl gato de patas floridas ha completado el encargo de Roncófilo, el jefe de los gatos. ¿Qué habrán hecho los demás gatos? La curiosidad de Perroux continúa...

Item Story

Cuando el gato de patas floridas terminó de contar su historia, el gato atigrado movió la cola hacia la derecha.
La gata tricolor se acercó con elegancia e hizo una grácil reverencia.
“Se dice que entre los gatos también hay perezosos, ¡miau!”.
“El gato perezoso que vive a las puertas de la ciudad me ha enviado un encargo para que encuentre un modo de atrapar ratones de una vez por todas, ¡miau!”.
“Siguiendo mis instrucciones, el gato perezoso quitó el letrero de su casa que decía ‘Casa del Gato’ y lo cambió a ‘Puesto para Ratones’”.
“Desde entonces, cada vez que los ratones llegaban a la ciudad, oían una dulce voz que decía: ‘Ratones, ratones, vengan a ponerse un poco de loción en sus cansadas patas', y ‘Ratones, ratones, ¡relajen sus tensos cuerpos, pónganse cómodos y tomen un baño caliente!’. Miau”.
“Y así, los ratones, embadurnados en sales y aceites, se pusieron en fila para entrar en los baños calientes, ¡miau!”.
“A continuación, todos fueron entrando en las fauces del gato perezoso, ¡miau!”.
Perroux no pudo evitar esbozar una carcajada: “¡Jaja, qué lista es esta gata tricolor!”.
La gata tricolor hace una reverencia y se marcha como una dama.

“M-me toca...”, dijo la gata chamuscada con tono humilde.
“Mi pelaje se quemó mientras me calentaba en una hoguera”...
“Fue muy extraño. Cuando me fui a dormir, estaba muy a gusto y calentita... Estaba soñando que dormía encima de mi mamá, pero mientras dormía... acabé con el pelaje en llamas”.
“M-menos mal que el jefe no me menospreció. No le tengo miedo a la suciedad, así que a menudo recorro las alcantarillas de la ciudad haciendo trabajos como transmitir información y hacer recados.
“A-aparte de esto, no tengo nada más que hacer...”.
El gato atigrado se aclaró la garganta. La gata chamuscada sonrió tímidamente y se marchó en silencio.
“Muy bien. Ahora el Sr. Perroux entiende cómo es el día a día del despacho de los gatos”.
“Sr. Perroux, el motivo de esta invitación es que me he topado con un asunto que no puedo resolver, y por eso quería pedirle ayuda”.

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