Las enseñanzas del bosque (I)

Las enseñanzas del bosque (I)
Las enseñanzas del bosque (I)NameLas enseñanzas del bosque (I)
Type (Ingame)Objeto de misión
FamilyBook, Las enseñanzas del bosque
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DescriptionUna biografía escrita por un antiguo erudito de Sumeru. En ella se relatan las hazañas de la gran Reina de las Plantas en la época de la gran catástrofe.

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Item Story

... Jamás me atrevería a mencionar su verdadero nombre, ni mucho menos sobrepasar mi estatus mortal y juzgar su condición divina. Yo, Sunitha Cosamvi, sirvienta de bajo conocimiento, simplemente registro aquellas historias que me han contado los sabios del pasado, y no de otras fuentes. Estas palabras son tan ciertas como mi propia existencia.

Cuando la sombra de la luna se rompió, las bestias emergieron del fondo del abismo y devoraron a miles de criaturas. Ninguno de los seres que ella creó lograron escapar a su fatídico destino, y toda la bondad, paz y sabiduría que les había otorgado perecieron ante la más pura de las maldades. Bajo la malévola sonrisa de la luna menguante, la marea oscura inundó valles y desiertos y corrompió los manantiales que en el pasado rebosaban de rosas. La suciedad profanó la tierra y los mortales temblaron con desesperación. Los sabios denominaron “marea oscura” a este fenómeno, pues se comportaba como una inundación que devoraba las praderas, las aldeas y las ciudades.

Ella fue testigo de todo, y lloró apenada por el desconsuelo y el sufrimiento de los seres vivos. Con las lágrimas que derramó, extinguió el resplandor de las llamas, y de la tierra calcinada y baldía brotaron flores coronadas de rocío. Sin embargo, la raíz del mal permanecía bajo aquellas cenizas, y las sombras de la muerte seguían oscureciendo la tersa luz de la luna. Así, ella juró salvar a las criaturas de la tierra y se embarcó en un último viaje junto a sus seguidores.

Item Story (Alt)

... Jamás osaría mencionar su verdadero nombre, ni mucho menos sobrepasar mi estatus mortal y juzgar la condición divina que demostró en aquel entonces. Yo, Sunitha Cosamvi, servidora de limitado conocimiento, me limito a registrar aquellas historias que me han confiado los sabios que la acompañaron en el pasado, sin incluir fuente otra alguna. Estas palabras son tan ciertas como mi propia existencia.

Cuando la sombra de la luna se resquebrajó, hordas de temibles bestias emergieron de las abismales profundidades y devoraron miles de inocentes criaturas a su paso. Ninguno de los seres que ella había creado logró escapar a aquel fatídico destino, y toda la bondad, paz y sabiduría que les había otorgado perecieron ante la más pura de las maldades. Bajo la malévola sonrisa de la luna menguante, una marea lóbrega arrasó los valles e inundó los desiertos, y corrompió la pureza de los manantiales de los que en el pasado habían brotado tantas rosas. La inmundicia profanó la tierra y los mortales temblaron con desesperación. Los sabios denominaron “marea oscura” a este fenómeno, pues se comportaba como una inundación que devoraba las praderas, las aldeas y las ciudades.

Testigo de todo cuanto se vio obligada a contemplar, lloró desconsolada por la angustia y el sufrimiento de aquellas pobres criaturas. Con las lágrimas que derramó, extinguió el crepitar de las llamas, y de la tierra calcinada y baldía brotaron flores coronadas de rocío. Mas la raíz del mal permanecía agazapada bajo las cenizas, y las sombras de la muerte seguían acechando el perlado resplandor de la luna. Así, juró salvar a cuanta criatura habitaba aquellas tierras, y se embarcó en un glorioso viaje junto a sus seguidores.

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