El zorro en el mar de dientes de león (IX)

El zorro en el mar de dientes de león (IX)
El zorro en el mar de dientes de león (IX)NameEl zorro en el mar de dientes de león (IX)
Type (Ingame)Objeto de misión
FamilyBook, El zorro en el mar de dientes de león
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DescriptionCuando te enseñe lo que no se puede enseñar, ¿podré volver a ver este mar de dientes de león?
En el mar de dientes de león, el cazador comienza a pensar en el momento de la separación. «El zorro en el mar de dientes de león», noveno tomo.

Item Story

Los zorros son animales inteligentes y astutos.
El pequeño zorro aprendía muy deprisa y, en ocasiones, incluso hacía preguntas que me ponían en un aprieto.
Después de todo, el idioma de los humanos es complejo y refinado, a diferencia de la sencilla lengua de las bestias.
A veces, el idioma es como un ovillo con el que jugara un minino, con hebras colgando por aquí y por allá, enredándose en la boca de los estudiantes y a veces también en la del profesor.
Sin embargo, los zorros son animales inteligentes. El zorrito aprendió rápidamente muchos términos relacionados con el viento, y era capaz de describir con palabras burdas la forma de los dientes de león y los estanques en los que se reflejaba la luna.
Cada vez que el zorrito aprendía una palabra nueva, cada vez que intentaba explorar el mundo con el idioma que estaba aprendiendo, cada vez que le daba un nuevo significado al viento, los dientes de león y la tierra, ella estaba a nuestro lado, mirándonos.
El pequeño zorro aprendía muy deprisa, pero yo no me sentía satisfecho.
Cuando le enseñe lo que no se puede enseñar, ¿me dejará quedarme en este mar de dientes de león?
Cuando llegue ese momento, ¿podré contemplar esos ojos amables bajo la luz de la luna?
¿Volverá a reírse de forma traviesa y me guiará hasta las profundidades del mar de dientes de león, donde retozaremos y respiraremos el aroma de la brisa que trae un matiz amargo?
Al reflexionar así, me perdí en recuerdos melancólicos.
Aquella noche que ya está borrosa en mi memoria, cuando me despedí de aquella chica, la luna que nos observaba desde lo alto era la misma que esta.
“Se ha esforzado mucho durante este tiempo”.
No sé en qué momento el zorro había aparecido ante mí. Hizo una reverencia y su largo cabello negro, resplandeciente bajo la luz de la luna, cayó en cascada por sus hombros.
“Cuando domine la lengua de los humanos, quizás pueda hacer nuevos amigos...
Le agradezco mucho lo que ha hecho por nosotros. Desde que empezó a enseñarle el idioma, está mucho más alegre que antes”.
Me observó con aquellos ojos profundos que relucían como piedras preciosas.
“Cuando nos haya enseñado todo lo que hay que saber... ¿a dónde irá?”.
Fascinado por sus ojos centelleantes, por un momento olvidé responder.
¿Es esto también la magia de los zorros?
El zorro, al ver que no decía nada, sonrió y exhaló un suspiro.
Después se giró y avanzó en la dirección de la luna, guiándome hacia el centro del mar de dientes de león.
El zorrito, al ver esto, agitó la cola y, volviéndose, se adentró en la espesura de dientes de león.

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