El zorro en el mar de dientes de león (VIII)

El zorro en el mar de dientes de león (VIII)
El zorro en el mar de dientes de león (VIII)NameEl zorro en el mar de dientes de león (VIII)
Type (Ingame)Objeto de misión
FamilyBook, El zorro en el mar de dientes de león
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Description“Cuando aprenda la lengua de los humanos...”. El viento nocturno se llevó el sonido de la voz del zorro junto con los dientes de león, cada vez más lejos.
Al fin y al cabo, un zorro es distinto de un humano y sus alegrías y penas no son las mismas. Léelo en el cuento infantil «El zorro en el mar de dientes de león», octavo tomo.

Item Story

“Cuando domine la lengua de los humanos...”,
dijo taciturna.
Absorto, contemplé su rostro.
Después dijo algo más, pero no lo oí con claridad. La traviesa brisa nocturna estaba cargada de dientes de león y amortiguaba sus quedas palabras.
¿O tal vez ese era su idioma original, la lengua del viento y los dientes de león?
Al ver que no decía nada, se echó a reír.
Su risa era muy hermosa. Sus ojos curvados relucían con una luz entrecortada, como dos lunas en un lago ondulante.
“¿Por qué quiere aprender la magia de transformación de los zorros?”
“Quiero aprender la transformación para poder surcar los cielos como un pájaro, para poder volar hasta sitios lejanos que nunca he visto siquiera...”
Esa fue mi respuesta.
“Oh, y así cuando esté cazando no tendré que agazaparme entre la maleza, sino que podré ir volando por el cielo como las aves de presa”.
Después no pude evitar pensar eso.
Como si el diente de león que tenía en la mano hubiera oído mi deseo, se fue flotando hacia la luna.
“¿Sí?”
Ella bajó la cabeza y su largo cabello negro cayó como una cascada desde su cuello pálido. La luna se reflejaba en su pelo y se extendía por su piel nívea, brillante y reluciente, como si pudiera reflejar la sombra de las nubes del cielo.
Yo no podía apartar los ojos de ella. Tras un momento, me sonrojé y aparté la mirada ligeramente.
Al fin y al cabo, los zorros son bestias libres y no esconden su hermosura por vergüenza, como hacen los humanos.
Aunque ya no era la primera vez que la miraba o que la tocaba, cada vez que la luna se posaba en su cabello no podía evitar sonrojarme y apartar la mirada.
Ella giró la cara mientras reflexionaba y exhaló un suspiro, como si estuviera molesta.
Permanecimos en silencio sentados en medio del mar de dientes de león durante mucho tiempo, tanto que pensé que estaba enojada conmigo.
“Los zorros somos seres agradecidos. Le enseñaré la transformación para que pueda cumplir su deseo”.
El zorro me miró al decir eso.
Sus reconfortantes ojos cristalinos centelleaban a la luz de la luna.
¡Qué alivio! ¡No se había enojado!
Por alguna razón desconocida, dejé escapar un breve suspiro.

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