El bosque de bambú a la luz de la luna (II)

El bosque de bambú a la luz de la luna (II)
El bosque de bambú a la luz de la luna (II)NameEl bosque de bambú a la luz de la luna (II)
Type (Ingame)Objeto de misión
FamilyBook, El bosque de bambú a la luz de la luna
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DescriptionCuando la luna se eleva en el cielo nocturno, el muchacho se encuentra con una joven en el bosque de bambú. Pero ¿será ella una Adeptus, o se trata de una trampa urdida por algún monstruo?

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Entre los velos esmeraldas del bosque, el joven perdido se topó con un compañero inesperado.

“¿Qué pasa? ¿Te perdiste?”,
dijo en voz baja el joven con un ligero tono de arrepentimiento.

Cuando se dio la vuelta, vio la esbelta figura de una mujer que vestía de blanco. Estaba parada al lado de un manantial burbujeante. Las perlas de su ropa brillaban, y sus ojos dorados se confundían con los últimos destellos del sol crepuscular.

La anciana de la aldea le había contado que alguna vez un caballo blanco emergió del manantial y se convirtió en un Adeptus ayudante de Rex Lapis.
Pero nunca le dijo de qué manantial, ni el nombre de la bestia iluminada.
Además, a excepción de sus ojos dorados, la mujer no daba la impresión de ser una Adeptus.

Más inesperado aún era ver a un Adeptus usando un impermeable de paja para resguardarse de la lluvia.

“Tonto...”.
La mujer de blanco tenía una sonrisa astuta, y sus ojos dorados se asemejaban a dos lunas nuevas.

“¡La tonta eres tú!”,
respondió el joven furiosamente.
¿Cómo podía una persona que hablaba tan vulgarmente ser un Adeptus?

“¡Quise convertirme en un marinero y salir a recorrer el mundo para ver con mis propios ojos la lanza de Rex Lapis!”.

“Pero en cuanto saliste de casa, te perdiste en este bosque de bambú”,
dijo la mujer con un tono calmado y una mirada burlona e irritante.

“Yo no...”.
“Si no quieres admitirlo, está bien. Ven, te enseñaré el camino”.
La mujer sonreía mientras extendía su blanca mano hacia el joven. Los rayos del ocaso se filtraban a través de las hojas de bambú.

“... Gracias”.
Al tocarla, el joven sintió su mano fría y húmeda, como el rocío que se posa sobre un brote de bambú.

Lentamente, el sol se ocultó detrás de las montañas, tiñendo el cielo de azul en un instante.

La anciana de la aldea dijo que de noche, las energías negativas se concentraban en la cima de la montaña y el ambiente se enfriaba, haciéndolo un lugar propicio para los espíritus.
Los demonios y fantasmas que habitaban ahí eran producto de la condensación de las ánimas de aquellos que murieron con resentimiento y a los que se les negó la oportunidad de otra vida. Las ramas y los tallos de bambú que crecieron a su alrededor se marchitaron gradualmente, y los cuerpos de las personas que quedaron allí enredados se corrompieron.
“A veces les piden a los viajeros encargos que no pueden cumplir y los arrastran a una trampa...
En otras ocasiones se ofrecen a guiar a viajeros despistados, solo para llevarlos a un nido de demonios.
Así que, jovencito, si caminas lejos de casa, ¡por nada del mundo bajes la guardia!”,
dijo la anciana de la aldea, mientras le daba al joven unas palmadas en la cabeza a modo de lección.

Entonces, ¿acaso ella era un demonio del bosque?
El joven avanzaba lentamente mientras cavilaba.

“¿Ocurre algo?”
La mujer volteó la mirada, mientras la luna brillaba a sus espaldas y sus ojos emitían un destello dorado.

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