Table of Content |
Stats |
Skills |
Skill Ascension |
Related Items |
Gallery |
Sounds |
Quotes |
Stories |
Stats
Lv | HP | Atk | Def | CritRate% | CritDMG% | Bonus Atk% | Materials | Total Materials |
1 | 1012 | 21.37 | 59.4 | 5.0% | 50.0% | 0% | ||
20 | 2600 | 54.9 | 152.6 | 5.0% | 50.0% | 0% | 1 3 3 20000 | 1 3 3 20000 |
20+ | 3356 | 70.86 | 196.97 | 5.0% | 50.0% | 0% | ||
40 | 5027 | 106.14 | 295.04 | 5.0% | 50.0% | 0% | 3 2 10 15 40000 | 1 13 18 60000 3 2 |
40+ | 5564 | 117.49 | 326.57 | 5.0% | 50.0% | 6.0% | ||
50 | 6400 | 135.14 | 375.63 | 5.0% | 50.0% | 6.0% | 6 4 20 12 60000 | 1 33 18 120K 9 6 12 |
50+ | 7117 | 150.26 | 417.67 | 5.0% | 50.0% | 12.0% | ||
60 | 7953 | 167.91 | 466.74 | 5.0% | 50.0% | 12.0% | 3 8 30 18 80000 | 1 63 18 200K 9 14 30 3 |
60+ | 8490 | 179.26 | 498.27 | 5.0% | 50.0% | 12.0% | ||
70 | 9325 | 196.89 | 547.27 | 5.0% | 50.0% | 12.0% | 6 12 45 12 100K | 1 108 18 300K 9 26 30 9 12 |
70+ | 9862 | 208.23 | 578.8 | 5.0% | 50.0% | 18.0% | ||
80 | 10698 | 225.88 | 627.86 | 5.0% | 50.0% | 18.0% | 6 20 60 24 120K | 1 168 18 420K 9 46 30 9 36 6 |
80+ | 11235 | 237.23 | 659.39 | 5.0% | 50.0% | 24.0% | ||
90 | 12071 | 254.88 | 708.46 | 5.0% | 50.0% | 24.0% |
Skills
Active Skils
Ataque Normal: Espada vortiginosa | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Realiza hasta 4 ataques de espada consecutivos. Consume Aguante de manera constante para realizar golpes de espada giratorios contra los enemigos cercanos. Al final del Ataque Cargado, realizará un golpe de espada más poderoso. Se lanza desde el aire para golpear el suelo, atacando a los enemigos que encuentre en su trayecto e infligiendo Daño en el AdE en el momento del impacto. | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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Criopresurización | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Ejecuta un ataque ascendente que inflige En este estado, la Habilidad Elemental de Fréminet se convierte en Presión quebrantadora. Ejecuta distintos ataques en función del nivel de presión de hora de Pers y cancela dicho estado. ·Nivel 0: realiza un corte vertical que inflige ·Niveles 1-3: junto a Pers, realiza un corte vertical que inflige ·Nivel 4: toma prestado todo el poder de un Pers completamente presurizado para infligir Daño Físico. Además, el Ataque Normal: Espada vortiginosa se convierte en Presión quebrantadora. Cuando Fréminet ejecuta un Ataque Normal, al mismo tiempo libera unas oleadas de escarcha que infligen El Cada cierto intervalo de tiempo, tras realizar su ataque ascendente, Fréminet crea una espina halitoespiritual que ejecuta otro ataque ascendente y que inflige Inmovilizar al oponente sin arrebatarle la vida podría considerarse una estrategia de supervivencia. “Pers, cuento contigo”. | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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Emboscada cazasombras | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Libera una ola de frío intocable que inflige En este estado, aumenta la RES a interrupción de Fréminet, y Criopresurización obtiene los siguientes fortalecimientos: ·Su TdE se reduce en un 70%. ·Al ejecutar un Ataque Normal, el nivel de presión de hora de Pers aumenta en un nivel adicional y las oleadas de escarcha liberadas con el Ataque Normal infligen un 200% de su daño original. Este efecto se anulará si Fréminet abandona el campo de batalla. “Ahora... no necesito ningún ruido externo”. | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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Passive Skills
Pilotaje submarino | |
Disminuye en un 35% el Coste de Resistencia Acuática de tus personajes del equipo. No se puede acumular con otros talentos pasivos que tengan los mismos efectos. |
Buceo de saturación | |
El TdE de Criopresurización se reduce en 1 s si, al usar |
Condensador de flujos | |
Cuando Fréminet causa una reacción de Rompehielo contra un enemigo, el daño infligido por |
Constellations
Efervescencia onírica | |
Aumenta en un 15% la Prob. CRIT de |
Pingüinotopía | |
Al usar |
Melodía del torbellino y la arena | |
Aumenta el nivel de habilidad de Puede ser aumentado hasta Niv. 15. |
Danza luniflautina | |
Cuando Fréminet causa una reacción de Congelación, Rompehielo o Superconductor a un enemigo, aumenta el ATQ en un 9 %. Este efecto dura 6 s, puede acumularse hasta 2 veces y puede ocurrir una vez cada 0.3 s. |
Noche de hogueras y júbilo | |
Aumenta el nivel de habilidad de Puede ser aumentado hasta Niv. 15. |
Resolución del alba | |
Cuando Fréminet causa una reacción de Congelación, Rompehielo o Superconductor contra un enemigo, su Daño CRIT aumenta en un 12%. Este efecto dura 6 s, puede acumularse hasta 3 veces y puede ocurrir una vez cada 0.3 s. |
Skill Ascension
Gallery
360 Spin
Idle #1
Idle #2
Attack
Elemental Skill
Elemental Burst
Sounds
Title | EN | CN | JP | KR |
Party Switch | ||||
Party Switch when teammate is under 30% HP | ||||
Party Switch under 30% HP | ||||
Opening Chest | ||||
Normal Attack | ||||
Medium Attack | ||||
Heavy Attack | ||||
Taking Damage (Low) | ||||
Taking Damage (High) | ||||
Battle Skill #1 | ||||
Battle Skill #3 | ||||
Sprinting Starts | ||||
Jumping | ||||
Climbing | ||||
Heavy Breathing (Climbing) | ||||
Open World Gliding (Start) | ||||
Open World Idle | ||||
Fainting |
Quotes
Audio Language:
Title | VoiceOver |
Hola... | |
Charla - Profundidades marinas | |
Charla - Principios | |
Charla - Hogar | |
Cuando llueve... | |
Tras la lluvia... | |
Cuando truena... | |
Cuando nieva... | |
Hace mucho viento... | |
Buenos días... | |
Buenas tardes... | |
Buenas noches... (I) | |
Buenas noches... (II) | |
Sobre Fréminet - Buceo | |
Sobre Fréminet - Mecapingüino | * Desbloqueable en Niv. de Amistad 4 |
Sobre nosotros - Órdenes | |
Sobre nosotros - Compañerismo | * Desbloqueable en Niv. de Amistad 6 |
Sobre la Visión... | * Desbloqueable en Niv. de Amistad 4 |
¿Algo que decir? | |
Un dato curioso - Caracolas azurescentes | |
Un dato curioso - Lumistelas | |
Sobre Padre - Lágrimas | * Desbloqueable en Niv. de Amistad 4 |
Sobre Padre - Enseñanzas | * Desbloqueable en Niv. de Amistad 6 |
Sobre Lyney - Espectáculos de magia | * Desbloqueable en Niv. de Amistad 4 |
Sobre Lyney - Fachada | * Desbloqueable en Niv. de Amistad 6 |
Sobre Lynette... | * Desbloqueable en Niv. de Amistad 4 |
Sobre Neuvillette... | * Desbloqueable en Niv. de Amistad 4 |
Sobre Furina - Evasivo | * Desbloqueable en Niv. de Amistad 4 |
Sobre Furina - Opinión | * Desbloqueable en Niv. de Amistad 6 |
Sobre Navia... | * Desbloqueable en Niv. de Amistad 4 |
Sobre Charlotte... | * Desbloqueable en Niv. de Amistad 4 |
Sobre Clorinde... | * Desbloqueable en Niv. de Amistad 4 |
Sobre Chevreuse... | * Desbloqueable en Niv. de Amistad 4 |
Más sobre Fréminet (I) | |
Más sobre Fréminet (II) | * Desbloqueable en Niv. de Amistad 3 |
Más sobre Fréminet (III) | * Desbloqueable en Niv. de Amistad 4 |
Más sobre Fréminet (IV) | * Desbloqueable en Niv. de Amistad 5 |
Más sobre Fréminet (V) | * Desbloqueable en Niv. de Amistad 6 |
Aficiones de Fréminet... | |
Preocupaciones de Fréminet... | |
Comida que más le gusta... | |
Comida que menos le gusta... | |
Al recibir un regalo (I) | |
Al recibir un regalo (II) | |
Al recibir un regalo (III) | |
Cumpleaños... | |
El sentimiento de Ascensión - Introducción | * Desbloqueable en Niv. de Ascensión 1 |
El sentimiento de Ascensión - Desarrollo | * Desbloqueable en Niv. de Ascensión 2 |
El sentimiento de Ascensión - Nudo | * Desbloqueable en Niv. de Ascensión 4 |
El sentimiento de Ascensión - Desenlace | * Desbloqueable en Niv. de Ascensión 6 |
Habilidad Elemental (I) | |
Habilidad Elemental (II) | |
Habilidad Elemental (III) | |
Habilidad Definitiva (I) | |
Habilidad Definitiva (II) | |
Habilidad Definitiva (III) | |
Al abrir un cofre (I) | |
Al abrir un cofre (II) | |
Al abrir un cofre (III) | |
Vida baja (I) | |
Vida baja (II) | |
Vida baja (III) | |
Aliado con vida baja (I) | |
Aliado con vida baja (II) | |
Derrotado (I) | |
Derrotado (II) | |
Derrotado (III) | |
Recibiendo un fuerte ataque (I) | |
Recibiendo un fuerte ataque (II) | |
Unirse al equipo (I) | |
Unirse al equipo (II) | |
Unirse al equipo (III) |
Stories
Title | Text |
Detalles del personaje | Ya se trate de viajeros que contemplan por primera vez los bellos paisajes de Fontaine o de aventureros que se sienten atraídos por las leyendas de sus notables riquezas, el mundo submarino que se extiende bajo los pies de la nación ejerce sin duda una atracción casi imposible de resistir. Sin embargo, para la gente de a pie, sumergirse en las aguas de la nación carente de la debida experiencia o de la suficiente preparación previa es sin duda una arriesgada apuesta en la que uno se juega la vida. Incontables peligros aguardan tras sumergirse en las veladas aguas submarinas de la nación, desde anómalas variaciones internas en el cuerpo de los buceadores hasta peligrosas criaturas que acechan en la oscuridad. Contar con la ayuda de un buceador experto es, sin lugar a dudas, la decisión más sabia. Es en esos casos cuando más se repite el nombre de Fréminet, uno de los buceadores más destacados de la nación. Incluso los buceadores más curtidos, aquellos cuya piel se ha bronceado por el continuo reflejo de los rayos del sol en las aguas cristalinas de Fontaine, no pueden evitar reconocer que la joven promesa no solo se conoce la intrincada topografía del fondo marino, sino que también es experto a la hora de aplicar distintos tipos de técnicas de inmersión en función de las condiciones de la zona de buceo y la estación. El joven posee tal control sobre el desajuste respiratorio causado por la presión que se atreve incluso a adentrarse en las cuevas donde tantos otros no osarían jamás asomarse siquiera. Al escuchar semejantes alabanzas, son muchos los que deciden proponerle sus encargos. Sin embargo, no importa cuán generoso sea el pago, la respuesta siempre es la misma. El joven sacude la cabeza y deja escapar un largo suspiro. “No quiere aceptar el encargo. No es mal chico, simplemente es demasiado retraído”. Y ahí es donde suele acabar la conversación. Para Fréminet, la opinión de la gente no es más que un montón de palabras, tan cambiantes como la dirección de las corrientes marinas. Le cuesta demasiado andar imaginando qué motivación oculta en realidad cada persona. Lo que realmente aterra al joven es la posibilidad de cometer un terrible error mientras ajusta la respiración. En comparación con esos halagos y recompensas tan superficiales como el agua de una orilla, Fréminet tiene en más alta estima a las marealgas y las flores rociomarinas que lo acompañan fielmente en cada inmersión. Por eso, él prefiere pasar tiempo bajo el agua, disfrutando de la silenciosa compañía de estas “viejas amigas”. Solo así puede por fin dejar atrás los miedos e incertidumbres que lo atenazan y expresar por fin sus sentimientos como no es capaz de hacerlo con nadie más. Esa necesidad de poner fin al ruido del mundo y guarecerse de todo lo que ocurría en la superficie fue precisamente la razón que llevó al pequeño Fréminet a sumergirse por primera vez. |
Historia del personaje (1) | Mucho antes de conseguir su Visión, el joven Fréminet ya se movía con su escafandra bien colocada como pingüino por las aguas submarinas de la nación. Desde pequeño, Fréminet, que siempre ha sido un joven más bien apocado y vergonzoso, tenía por costumbre ir a bucear cada vez que ocurría algo malo en un intento de dejar en la superficie sus penas y problemas. Así, con el paso del tiempo, las tranquilas profundidades submarinas se convirtieron en la cuna por la que el joven se dejaba mecer. Como un árbol que extiende sus ramas a lo largo y ancho del cielo conforme crece, Fréminet también fue añadiendo pedazos de aquel mundo submarino a sus conocimientos de exploración. Como si del camino a una nueva casa se tratara (aunque mucho más entretenido), el pequeño grabó en su memoria todos y cada uno de los detalles relevantes del mundo marino de Fontaine. Cierto tiempo después, Fréminet encontró un pequeño pedazo de Fontaine que le cautivó el corazón, así que instauró allí una pequeña base secreta submarina donde podía por fin dejar salir todos los sentimientos acumulados, como si de los rayos de luz de una lumiestela se trataran. Aun ahora, cuando se topa con un problema espinoso, Fréminet siempre opta por regresar a este vasto santuario abisal capaz de contenerlo todo. Libertad, sosiego, seguridad, comodidad... Si Fréminet compartiera con la gente lo que el mar le hace sentir, es probable que la mayor parte de la gente frunciera el ceño en señal de preocupación. Pero Fréminet nunca compartiría estos sentimientos con nadie, porque ese remanso submarino de paz le pertenece únicamente a él. Esos sentimientos permanecen ocultos en lo más profundo de su corazón, igual que los tesoros que se ocultan en estas profundidades subacuáticas. * Desbloqueable en Niv. de Amistad 2 |
Historia del personaje (2) | A ojos de los demás, Fréminet es un chico con poca presencia y tan apático que casi resulta desmoralizante. Siempre anda solo, apenas se le escucha una palabra y no parece que le guste relacionarse con nadie de su edad. En comparación con su hermano mayor Lyney, el deslumbrante mago de Teyvat, Fréminet se asemeja a una pieza de joyería vieja olvidada en lo más profundo de un cajón. Sin embargo, a él no parece importarle lo más mínimo. Hace ya mucho tiempo que Fréminet intenta despojarse de cualquier emoción posible y procura mantenerse al margen de las fluctuaciones de este mundo para evitar que le pasen factura. De hecho, Fréminet se ha construido una diáfana y cristalina estancia de gruesos muros de puro hielo. Y allí permanece, acurrucado en el suelo, sujetándose las rodillas contra el pecho y buscando el más mínimo resquicio de esperanza en fábulas e historias. Su tiempo bajo el agua le aporta calma y sosiego, y esta pequeña estancia acristalada, la calidez que tanto añora. Se trata de un lugar en el que tan solo algunos familiares son bienvenidos. Y eso contando con que, antes de cada visita, Fréminet siempre recoge la habitación y esconde sus cuentos bajo llave. Cuando por fin sale de su habitación, actúa como una realista y taciturna marioneta mecánica. En una ocasión, Fréminet decidió recostarse sobre las olas, sin otorgar importancia alguna a su seguridad. Entonces, un grupo de gaviones purpuráureos comenzaron a sobrevolar sobre su cabeza, entonando algún tipo de canto extraño. Por suerte, no lo confundieron con un pez y se abstuvieron de intentar comérselo. El caso es que, en aquel momento, Fréminet se percató de lo sencillo que resultaba dejarse llevar. No importa de qué encargo se trate o cuáles sean los requisitos. Bastaba con seguir obedientemente las órdenes sin miramiento alguno, sin preocuparse por las consecuencias, para poder obtener resultados y evitar aquellas interminables regañinas y castigos. Mientras todos los niños corrían, reían, jugaban con sus nuevos mecajuguetes o aprendían a leer con «El Pájaro de Vapor», Fréminet se iba volviendo cada vez más insensible al mundo que le rodeaba. A su espalda cargaba ya con un gran peso y todas aquellas órdenes que tenía que cumplir acabaron por convertirse en el motor que lo obligaba a moverse. Llegó el momento en el que deseó incluso poder convertirse en una impasible máquina que no pensara nada salvo en cumplir con las misiones que se le ordenaban. Sin embargo, conforme Fréminet crecía, empezó a ser consciente de su propia debilidad. Deseaba con todas sus fuerzas poder desprenderse de su capacidad para sentir, pero también había una infinidad de sentimientos de los que simplemente no podía distanciarse. Terribles miedos lo atenazaban por las noches, como si de viscosas algas se trataran: el miedo a afrontar situaciones difíciles, a no ser capaz de cumplir con su cometido, a ofender a los demás con su inseguridad, a defraudar a aquellos que realmente le importan... Sabía que no era ningún prodigio y, por ello, con el paso de los años se había vuelto cada vez más sensible. Lo único que Fréminet deseaba era encerrarse en una concha resistente y perderse en el único lugar donde podía ser él mismo, el vasto y tácito mar. * Desbloqueable en Niv. de Amistad 3 |
Historia del personaje (3) | Fréminet nació en Fontaine, en la zona cercana al Río Ceniciento. Los improperios de sus vecinos eran como el gallo que lo despertaba cada mañana y los desafinados cánticos de los borrachos, la cuna que lo mecía hasta quedarse dormido. Nunca conoció a su padre. Lo único que sabía de él era lo que le había oído decir a su madre. Al parecer, su padre había acumulado una grandísima deuda. Sin embargo, aquellas confusas cantidades eran tan difíciles de imaginar para el joven como el aspecto de una cena en el Palacio Mermonia. Lo que sí alcanzaba a comprender el pequeño Fréminet era que aquellos números eran el motivo por el que su madre salía tan temprano y volvía tan tarde a casa. Cuando se quedaba solo, el pequeño solía juguetear con los pocos mecanismos que había en casa, las lámparas que no funcionaban, el reloj que ya no hacía *tic, tac*... Aquellos trastos habían estado en su casa desde que el pequeño tenía uso de razón, como si de un grupo de huéspedes agotados que se han echado a descansar se tratara. El único problema era que estos huéspedes nunca más despertaron. Fréminet solía utilizar las herramientas para desmantelar aquellas sencillas máquinas, una a una. Los mecanismos que hallaba en su interior le recordaban a un fascinante laberinto. Un giro de tuerca por aquí, un cambio de resorte por allí... Durante el tiempo que pasaba con aquellos mecanismos, Fréminet sentía como si hubiera bebido la poción mágica de algún curioso cuento de hadas y se volviera tan pequeño como aquellos componentes. Y así, entre aquellos silenciosos y curiosos amigos, dejaba el joven volar su imaginación mientras el tiempo discurría. Aquellas máquinas le hacían compañía al joven durante sus solitarios días. Un día, cuando su madre volvió a casa, se paró en seco al escuchar un extraño sonido. El pequeño Fréminet había arreglado el reloj de pared de la casa. Aquel familiar *tic, tac* saltaba de alegría junto al joven, encantado de haber vuelto a la vida. Su madre acarició su pelo y le dijo lo bien que lo había hecho. Fréminet se sonrojó al escuchar los cumplidos de su madre. Sin embargo, cuando se levantó al día siguiente, el reloj ya no estaba por ninguna parte. Cuando su madre regresó aquel día, traía con ella dos rebanadas de pan que Fréminet nunca antes había comido. Aun ahora, Fréminet recuerda con exactitud el delicioso sabor de aquel sencillo manjar. A partir de aquel día, su madre solía traer pequeños mecanismos a casa, desde mecajuguetes a pequeños relojes. El niño, por su parte, estaba encantado con sus nuevos amigos y pasaba las horas trabajando para que aquellas sencillas máquinas resurgieran de su profundo letargo. Sin embargo, una vez reparadas, desaparecían como por arte de magia. Un día, Fréminet corrió a recibir a su madre a la puerta para enseñarle el pequeño objeto que había arreglado y sostenía en la mano. Se trataba de un diminuto colgante con forma de caja de música. Al recogerlo su madre de la calle, tenía tan mal aspecto que nadie podría haber dicho nunca que volvería a hacer sonar música. La melodía flotó entre ambos, mientras en el rostro de su madre se dibujaba una sonrisa. Era imposible no conmoverse por la expresión de emoción del pequeño Fréminet. Aquel pequeño colgante no desapareció como el resto de sus nuevos amigos. Cada día, su madre se lo descolgaba del cuello con sumo cuidado y ambos se sumían en un dulce sueño acompañados de sus cadentes melodías. * Desbloqueable en Niv. de Amistad 4 |
Historia del personaje (4) | Un día, su madre lo llevó con ella a la calle sin decir una sola palabra. El pequeño Fréminet intentaba seguir los pasos de su madre, pero ella lo agarraba con tanta fuerza que le dolía la palma de la mano. “¿A dónde vamos, mami?”, preguntó, mas no hubo respuesta. “¿Por qué lloras, mami?”, preguntó de nuevo. Su madre se detuvo de golpe y dejó escapar un único lamento. Luego, como si estuviera a punto de sumergirse en el agua, tragó una bocanada de aire y siguió avanzando en silencio. Su madre no volvió a derramar una lágrima, pero el pequeño sentía como si aquella silenciosa opresión fuera la de una enorme ola a punto de chocar contra los riscos. Su madre lo llevó hasta un lugar desconocido. Se detuvieron frente a una recia puerta que se abrió ante ellos con un quedo crujido. Su madre continuó sumida en el más sepulcral de los silencios y su rostro, al igual que su ánimo, parecía encontrarse sumergido bajo una pesada masa de agua. “Tú debes ser Fréminet”. Una mujer emergió de detrás del portón. “Sígueme”. Confuso, el niño se limitó a mirar a su madre. Aquella sensación de sofoco que había sentido se incrementó. La mujer, que se hacía llamar directora, le agarró de la otra muñeca y tiró de él con fuerza hacia el interior. De pronto, la mano de su madre se volvió aún más firme sobre su muñeca. Le apretaba con más fuerza incluso de la que había usado durante el camino. Fréminet se sentía como una hoja empujada por dos corrientes de aire. Allí permaneció unos instantes, tambaleándose en una y otra dirección. Daba la impresión de que ninguna de las dos mujeres estaba dispuesta a ceder. Entonces, su madre se arrodilló frente a él, tal y como hacía cada mañana antes de despedirse. “Prométeme que harás caso de lo que te digan”, dijo su madre mientras le besaba la frente como solía hacer. Aquellas cálidas palabras eran como un escudo que protegía el risco del fuerte oleaje y lo convertía en unas simple ondulaciones en la superficie del agua. Así que es eso, pensó el niño. Solo se está despidiendo durante un rato. Fréminet asintió con la cabeza para que su madre se quedara tranquila. La directora volvió a tirar del brazo del niño, solo que esta vez su madre no se resistió y soltó a su hijo... Fréminet pasó mucho tiempo creyendo que si se portaba bien, que si hacía bien todas sus tareas, su madre volvería para llevarlo a casa. Creía que aquel viejo portón volvería a abrirse y su madre estaría allí, esperándolo, que le apartaría el pelo de la frente y le daría otro beso por su buen trabajo. Pero aquel día nunca llegó. “¿Todavía no te das cuenta? Tu madre te ha vendido para poder pagar su deuda”. Conforme se hacía grande, nuevas dudas comenzaron a revolotear por su cabeza. Un día, Fréminet reunió el valor suficiente y le preguntó a la directoria por su madre y su futuro. A cambio, el joven recibió la respuesta más apática que podría haber esperado. “Te han abandonado. Ya no tienes más hogar que este. Si no cumples las órdenes, no podremos garantizar la seguridad de tu madre...”. Aquella fría respuesta de la directora hizo que Fréminet sintiera por primera vez los dolorosos grilletes espinosos que lo ataban de por vida a aquel lugar. Desde entonces, Fréminet no volvió a tener confianza en sí mismo y las profundidades del océano se convirtieron en su lugar seguro. Sentía a su madre cerca cuando se sumergía en las plomizas aguas heladas. Al fin y al cabo, su madre también lo había dejado hundirse en un vasto mar aquel día. Solo que aquel mar era aún más profundo y gélido que ningún otro. * Desbloqueable en Niv. de Amistad 5 |
Historia del personaje (5) | Después de que Padre reemplazara a la antigua directora, Fréminet retomó la búsqueda de su madre biológica. Al principio pensó que Padre tendría métodos aún más terribles de hacer las cosas y que sus palabras serían tan cortantes como lo habían sido las de la anterior directora. Pero pronto comprendió que los métodos de Padre no se parecían en nada a los de aquella mujer. Aquel hogar era el nido que agrupaba y protegía a los niños. Cada uno podía elegir cómo completar sus tareas y, aunque fracasasen en el intento, los castigos no resultaban desproporcionados como antes... Aquel nuevo ambiente de libertad permitió que Fréminet respirara por fin tranquilo. Y así, decidió buscar nuevas pistas sobre el paradero de su madre biológica. Sin embargo, buscara por donde buscara, no parecía haber rastro alguno de ella. “Tal vez realmente me abandonara”, trataba de convencerse el pequeño mientras pensaba en el ya desvanecido recuerdo del rostro de su madre. Pero justo cuando pensaba rendirse, Padre le dio un colgante. “Lo encontré entre las cosas de un prestamista. Quédatelo”, le dijo. Fréminet lo miró incrédulo. “¿Qué pasa? Ya sabes que tu madre tenía una gran deuda...”. Padre frunció el ceño y preguntó de nuevo. “¿Qué te contaron sobre tu madre?”. Fréminet le repitió las palabras que aquella mujer le había dicho tiempo atrás con tanta frialdad. En aquel instante, los ojos de Padre brillaron con rencor. “¿Quieres saber la verdad?”, preguntó fijando su afilada mirada en el chico. Casi sin darse cuenta, Fréminet asintió con la cabeza. Más tarde, Fréminet se preguntó a sí mismo qué historia debería creerse. Padre le contó que su madre no lo había abandonado, al contrario, todo lo que había hecho era para protegerle. Aquel año, la deuda de su madre había alcanzado tal magnitud que iba a resultar simplemente imposible devolverla. El prestamista no solo le había arrebatado la casa, sino que tenía pensado vender a Fréminet como mano de obra para pagar el resto de la deuda. Pero una madre simplemente no podía permitir que algo así ocurriese. Por eso, no le había quedado más alternativa que llevar a Fréminet al orfanato, donde estaría a salvo del prestamista, y afrontar las consecuencias ella sola. Fréminet no abrió la boca, ni siquiera levantó la cabeza, pero como Padre sabía cómo era, abandonó la estancia para darle algo de intimidad. El pequeño permaneció allí parado, tembloroso, mientras observaba el corroído colgante que ya ni siquiera era capaz de reproducir música. Oscuras manchas de sangre seca salpicaban la pintura. Su madre había pasado sus últimos instantes sosteniendo aquel colgante junto a su pecho. Fréminet continuó sosteniendo el colgante entre sus manos, en un desesperado intento de recuperar al menos un ápice del calor de su madre. Aquella noche, Fréminet lloró desconsoladamente en el agua como hacía tiempo que no lloraba. Las olas enterraron sus llantos y las flores rociomarinas le acompañaron en su desconsuelo. Desde aquel día, Fréminet agarra su mandoble con mayor firmeza, pues se juró a sí mismo que nunca más dejaría que nadie hiriera a sus seres queridos. * Desbloqueable en Niv. de Amistad 6 |
«Fábulas del ganso nievealado» | Fréminet siempre ha sentido verdadera fascinación por los cuentos infantiles. A diferencia del mundo real, los mundos que relatan esas historias siempre estaban dibujados con vívidos colores. Puedes encontrarte desde castillos hechos de gominolas y ríos de zumo de burburanja, hasta cristalópteros Hydro que hablan, pinzones crestirrojos y muñecos dispuestos a ser tus amigos. El pequeño solía cerrar los ojos con fuerza, inspirar profundamente y sumergirse en las páginas de un nuevo libro. Así se adentraba en los fantásticos mundos de sus historias y se servía de su imaginación y de aquellos estimulantes pasajes para ampliar un poquito más los límites de su pequeño mundo. Recogía palabras de aquí y allí o analizaba las curiosas imágenes con las que se topaba. Cada historia tenía sus propios colores y hacía despertar en él sensaciones distintas. Con cada lectura, el joven Fréminet aprendía algo diferente. ... Cada vez que se sentía solo, «El pingüino Pers» extendía sus alas blancas y negras y, sirviéndose de su barriga, se deslizaba hasta meterse de lleno en el mar, invitándole a que lo acompañara en una fascinante competición de pesca. Cuando sentía que no era lo suficientemente valiente, «La princesa Jazmimpoluto», de largos cabellos rosados, se asomaba al balcón, y ambos se miraban en la distancia. Él sabía que cuando la princesa era aún una pequeña semilla, había abandonado su hogar y surcado los mares a pinzas de un gran cangrejo en busca de la vida que tanto deseaba... Cuando se sentía extenuado, «El Sr. Zorro y el Mecaguardián» estarían a su lado, protegiéndole. La gran cola del Sr. Zorro levantaba el polvo del suelo a cada movimiento. El Mecaguardián, por su parte, luchaba contra el terrible picor de nariz que sentía, sin moverse de su puesto. “Todo el mundo pasa por dificultades”, le decían. “No te rindas, chico, eres más fuerte de lo que crees”. ... Aun cuando ya era más mayor, aquellos mundos de fantasía todavía permanecían grabados en su memoria. Fréminet creía en aquellas maravillosas historias y confiaba en los amigos que había conocido allí. Para él, aquellos amigos vivían en un mundo de ensueño y poesía. Un mundo sin miedos ni preocupaciones, un mundo en el que el sonido de las risas es lo único que subyace. Un mundo en el que los sueños podían hacerse realidad y la justicia estaba al alcance de la mano... El único problema era que Fréminet no era capaz de llegar a aquel mundo, al menos por el momento. * Desbloqueable en Niv. de Amistad 4 |
Visión | Aquel día, Fréminet estaba llevando a cabo una misión en la que tenía que sumergirse junto con otros niños. Al principio, todo iba como la seda, tal y como solía ocurrir. Pero, de pronto, Fréminet sintió que había algo extraño. Las criaturas que se sabe que son más débiles deben mantenerse siempre alerta para poder descubrir los peligros ocultos. Y, en el caso de Fréminet, era exactamente igual. El chico no solo se mantenía ojo avizor a todo lo que le rodeaba, sino que mantenía un riguroso control de la respiración. Aquella perspicacia suya les había evitado a todos una infinidad de problemas en pasadas ocasiones. Fréminet se apresuró a hacerles señas a sus compañeros para informarles del peligro, pese a que todavía desconocía la causa de aquella reciente alarma. Podía sentir el peligro y eso hacía que se le acelerara el corazón cada vez más. Sus compañeros no pusieron más objeción y comenzaron a ascender hacia la superficie. Para aquellos niños, que no habían llamado la atención de ningún dios, el ascenso debía realizarse con calma. Sin embargo, Fréminet podía sentir aquella señal de alarma tan fuerte que le abotargaba los sentidos. Sintió como se le nublaba la vista y era incapaz de discernir si las sombras que cruzaban ante sus ojos eran de alguna gran criatura o un presagio de que estaba a punto de perder el conocimiento. Entonces lo comprendió. ¡El equipo de inmersión estaba estropeado! Fréminet se preguntó si se trataba solo de su equipo o si el problema había afectado a otros compañeros. Se esforzó por abrir los ojos, pero cada vez tenía menos control sobre su propia consciencia. No podía sucumbir, debía llevar a los demás de vuelta a casa. Si al menos pudiera seguir moviendo los brazos y las piernas... Empezaba a sentirse muy somnoliento. Cada vez le costaba más concentrarse... Si la situación seguía así, no sería capaz de llegar hasta la superficie. ... Fue entonces cuando se le ocurrió. ¿Y qué si no podía llegar a la superficie? Por un momento, contempló el futuro que le aguardaba y cómo pasaban los días, uno tras otro. Contempló una vida sin esperanza. Se sintió agotado. Llevaba luchando tanto tiempo que sentía que no le quedaban más fuerzas. No quería aquella familia numerosa. Entre ellos no había amor ni cariño. Aquello no era una familia, solo un grupo de máquinas de distinto color y modelo. Tal vez el fondo del océano era su verdadero hogar. Tal vez podría por fin descansar... Y, así, Fréminet cerró los ojos. Un repentino sonido lo despertó. Fréminet. Fréminet. Aquel sonido era cálido y solemne. Procedía de un mundo muy lejano y denotaba cierto titubeo. ¿Pers? Fréminet extendió los brazos hacia el despejado cielo y abrió los ojos extrañado. No había ningún pingüino llamado Pers en el fondo marino. Todos los niños habían perdido el conocimiento. ¡Tengo que salvarlos!, gritó para sí Fréminet. ¿Y qué si no se tenían cariño? ¡No podía abandonarlos! No importaba si el futuro estaba cubierto por la sombra de la incertidumbre, mientras tuviera valor para afrontar la tormenta, siempre había esperanza de ver un mañana en el que el sol brillara al fin. De pronto sintió como si su pecho rebosara vitalidad y su respiración recuperó su ritmo habitual. Inmediatamente, se lanzó a rescatar al resto de niños... Fréminet luchó aquel día contra viento y marea y consiguió rescatar a todos sus compañeros, igual que Pers, el héroe de sus historias. Solo cuando todos estuvieron a salvo se percató por fin de la cristalina esfera que colgaba de su traje de buceo. Fréminet nunca le contó a nadie lo que había pasado aquel día, al igual que los verdaderos héroes no hacen alarde de su magnificencia. * Desbloqueable en Niv. de Amistad 6 |
57 responses to “Fréminet”
is the above zombie talking to himself after 9 months :v
Why do people hate freminet so much?? Real question. I might be biased because I am a diehard C2 Freminet main, but still.
I am crazy too, I even use the bell on him (bc the shield and extra HP are useful) and he is the strongest character in my roster. His playstyle is quite different than some other characters and is prone to interruption, which is probably why.
he sucks lil bro